Un espacio de coworking no es igual a un centro de negocios, donde alquilas tu oficina, acudes a trabajar y ya está. Es mucho más. Y parte de ese mucho más depende de los coworkers que comparten ese espacio de coworking.

El verdadero elemento diferenciador del coworking no es el espacio, si no lo que en él se hace y cómo se hace. Es más porque se ponen en marchas actividades comunes de participación, porque buscan una implicación profesional pero, fundamentalmente, personal, como crear un equipo de trabajo aunque los perfiles sean completamente distintos.

Las actividades formativas, jornadas o charlas son habituales en los espacios de coworking, pero también lo son las comidas de equipo, los eventos colaborativos, etc… Al final la implicación del equipo se centra en conseguir crear un espacio donde fluyan las ideas, donde converjan proyectos innovadores y donde se puedan poner en marcha actividades que de otro modo serían increíbles.

EL COWORKING NO ES SÓLO TRABAJO ES COLABORACIÓN, es sinergia y es complicidad entre todos los que conviven en el espacio. Es una forma totalmente diferente de vivenciar el concepto de trabajo desde un punto de vista más lúdico pero sin perder de vista el objetivo fundamental de cualquier persona que emprende, que es conseguir vivir de su trabajo. pero sin duda, vivir de tu trabajo es más bonito si se vive con ganas, si lo haces en un entorno con gente motivada, implicada y que se cree lo que hace. y que además aporta ideas, sentido y proyectos nuevos y originales.